Amaia Bezunartea, dueña de Hope, una tienda de ropa situada en Olite, fue otra de las comerciantes que se adentró en el mundo digital durante la cuarentena. La idea ya rondaba por la cabeza de Amaia, pero fue durante la crisis sanitaria cuando decidió llevar a cabo el proyecto. La dueña del local recordó los momentos tan complicados que pasó con la tienda cerrada: «al principio fueron muchos lloros porque realmente no sabía qué podía pasar». Sin embargo, aseguró sentirse sorprendida con las clientas, «la gente tiene muchas ganas de salir y comprar». En el caso de Amaia, reconoció encontrarse en una situación de incertidumbre, ya que «lo peor estaba por venir». Asimismo, destacó la gran campaña que se ha hecho hacia el pequeño comercio. «La gente del pueblo se ha involucrado mucho, ha surgido el lado positivo», señaló muy agradecida.